13 agosto 2008


Rescatar las palabras, incluidas las "viejas palabras" (y sobre todo "las viejas palabras"), sin apegarnos supersticiosa o idolátricamente a esas u otras palabras, no importa si viejas o nuevas: condición para pensar lo político de aquí en adelante y actuar en consecuencia. Y no sólo lo político.