12 abril 2015


Desde las vanguardias de fin de siglo XIX, y especialmente de las de los años veinte del siglo pasado, las artes se han vuelto muy insurreccionales respecto de los relatos hegemónicos, tanto de las narrativas nacionales con pretensiones de cohesionar a una sociedad como con otras formas de folclore o de agrupamiento y sedimentación en un solo sentido. El arte ha sido avanzado en hacer estallar los sentidos convencionales de las sociedades. Eso no se ha perdido por más que el posmodernismo haya declarado caducas las vanguardias. Este sentido de innovación, de apertura a lo no dicho, a lo que todavía podría inventarse sigue vibrando. Néstor García Canclini