21 diciembre 2009



Cuando el placer que estábamos esperando llega y nos deja defraudados, el motivo de esa decepción es que lo que estábamos esperando era el futuro, y ese futuro, una vez aquí, es ya presente. Sería precioso que el futuro estuviera aquí sin dejar de ser futuro. Absurdo del que solamente cura la eternidad. (Simone Weil)