29 noviembre 2009


Dice o da a entender que aceptar la política es aceptar una castración y parece suponer que es posible no estar de algún modo castrado. Pero reclamar una no castración es de entrada castrarse, claro que castrarse gozosamente, con la soberbia del que se queda magníficamente nonato.

27 noviembre 2009


Ahora, digamos, desde un costado teológico, la parodia sería la expresión más patente del odio de Dios al par, razón por la cual es tan difícil constituir una pareja como Dios manda: porque Dios odia al par. Y porque Dios no lo manda así, por otra parte. La gente del Agro lo sabe y por eso se aparean de a tres: el hombre, la mujer y la oveja. Dios es una Trinidad de la que Tres son parte. Tres personas que son lo mismo pero parecido, reunidas en el Uno eternamente igual a Sí Mismo: el Impar y Supremo Riente. De acuerdo, de acuerdo, ingeniero. Pero, ¿cómo entenderlo? Pero no hay que entenderlo; sólo gozarlo hay que. Y en este “hay que” está todo el goce. Y todo el misterio del goce que, para el goce específico de la parodia, no es otro que el de parodiar. (Lamborghini, La experiencia de la vida)

25 noviembre 2009


Pero quizás habría que decirlo desde un principio: hay, al menos, dos clases de parodia, amigo taxista. La parodia burlesca que se ríe del Modelo y la que lo emula en “serio”. (Así, entre comillas, escucho más la risilla). De acuerdo, de acuerdo. En fin, cantos contrastantes por un lado y cantos paralelos por el otro. Y de este tipo de relaciones está hecho todo el sistema de la literatura. Disrrupción pero también –y mucho– emulación. Intentos de hacer tabla rasa con el Modelo e intentos de descubrir nuevas posibilidades para el Modelo. Y lo demás es copia, imitación. (Leónidas Lamborghini, La experiencia de la vida)

23 noviembre 2009


Nietzsche y Heidegger nos han advertido: el hombre moderno padece "la ausencia de un mundo sensible y suprasensible con poder de obligación". Esta aniquilación de la autoridad divina, y con ella la de cualquier otra autoridad, estatal o política, no conduce obligatoriamente al nihilismo. Ni a su reverso simétrico que es el integrismo al acecho de los impíos: al hacer de lo divino un valor, incluso el "valor supremo", los trascendentalistas coinciden con el utilitarismo nihilista. Pero, ¿cómo saberlo hoy sin caer en la ilusión de un humanismo estrechamente racionalista o en una espiritualidad romántica? (Kristeva)

08 noviembre 2009


¿Vienes menos cada vez,/ huyes de mí,/ o es que estamos entrando en tu silencio/ el pedregal, la luz/ y ya tenemos poco que decirnos?/ Pero ese poco,/ ¿lo diremos nunca?/ pero ese poco, ¿qué es?/ ¿Será el alimento de los ángeles,/ lo que le falta al sol,/ la muerte?/ No digas nada tú. Cada palabra/ de tu boca es demasiado hermosa./ No puedo resistirla ya,/ aunque todo mi ser quiere comerla,/ y de esa hambre vivo aún. Dí/ la nada que estoy acostumbrado a ver/ en el pálido fulgor de la sequía,/ en la brasa del deseo, allí/ donde la amarga mar que adoro empieza./ Dí su mezcla con todo, en que he gozado./ La memoria/ guarda trenes enteros, encendidos,/ silbando por lo oscuro. No me sirven./ Mañana del ayer, una candela al mediodía/ se me parece más: en ella escribo/ letras para el aniversario/ de mi expulsión del texto que ahora miro,/ incomprensible. ¿Tú eras mi madre, entonces? (Cintio Vitier, A la poesía)

06 noviembre 2009


Los libros dicen: ella hizo esto porque. La vida dice: ella hizo esto. En los libros las cosas quedan explicadas; en la vida, no. (Julian Barnes)

04 noviembre 2009


El Maestro dijo: “El hombre superior no eleva a un hombre simplemente por sus palabras, no deja de lado las buenas palabras simplemente a causa del hombre.” (Confucio)

02 noviembre 2009


Actualmente se percibe con claridad que no sólo el totalitarismo ha intentado producir un sujeto nuevo, sino que también el llamado “neoliberalismo” es el intento de construir sobre la aniquilación del sujeto moderno (el crítico, el freudiano y el marxista) un individuo autista y consumidor indiferente a la dimensión constitutivamente política de la existencia, un individuo referido sólo al goce solipsista del objeto técnico que se realiza como mercancía subjetiva en la cultura de masas. Sin embargo, no se trata de criticar o rechazar a este individuo en cuestión, ni de despreciar su masividad mediática desde una nostalgia seudoaristocrática; más bien, al modo freudiano, se trata de hacer comparecer la sentencia “allí donde el individuo neoliberal del goce autista es, el sujeto excéntrico del inconsciente debe advenir”. El individuo neoliberal es el punto de partida para pensar cuál es la práctica operativa que se corresponde con su tiempo. Si decimos punto de partida es porque el individualismo liberal, por consistente que aparezca en su autismo consumidor, no puede clausurarse sobre sí mismo. El tiempo de su existencia establece las condiciones para que ese individuo pueda ser desestabilizado en sus propios fundamentos, y allí, en esos resquicios y puntos de fuga, es donde la práctica política que incluya al psicoanálisis debe intervenir. (Jorge Alemán)