30 noviembre 2012


Estamos ante dos callejones sin salida: fracaso de las ideologías de revuelta por un lado, precipitación de la cultura mercancía por el otro. De nuestra respuesta depende la posibilidad de la cultura. (Julia Kristeva)


29 noviembre 2012


No cesaremos de explorar/ y el fin de toda nuestra exploración/ será llegar a donde arrancamos/ y conocer el lugar por primera vez. (T. S. Eliot)


28 noviembre 2012


Para mí, no son los escritores los que cuentan, son los textos. Yo nunca conocí a Faulkner, a Cervantes o a Kafka, son los textos los que valen, y no todos por igual. Los poemas de Cervantes son ilegibles. El último libro de Cervantes no fue El Quijote, fue el Persiles, un libro retórico, pero que parece indicar que él no estaba contento con El Quijote. Además, el espíritu sopla donde quiere. Un texto funciona por lo que es y no por lo que se propone. Hay poetas extremadamente cultos que son insoportables, y otros mucho más simples que son magníficos. Se puede ser profundo, culto, inteligente, tener la mejor intención del mundo y escribir unas cosas infectas y con ligereza, como es el caso de tantos eruditos del Siglo de Oro frente a Cervantes. Esos humanistas que hoy son totalmente indigestos eran los hombres cultos de la época. Los otros eran unos pobres diablos, como lo fue Shakespeare por un buen tiempo, como lo fue Cervantes. La cosa prende de manera inesperada y en los lugares más inesperados. Vallejo es uno de los grandes poetas del siglo XX en cualquier idioma. Nada lo predestinaba. Crea sus poemas por los caminos más insospechados, que no se explican por la situación y circunstancia de su época. Ni siquiera por la vanguardia, porque en Vallejo hay un elemento autóctono, un elemento campesino, que no está en los cánones de la vanguardia. Podríamos decir que hay una mezquindad de vida, de pobreza, que le da grandeza a su poesía. (Juan José Saer)


27 noviembre 2012


Tu queja es inútil. Lo dijeron de/ nosotros: fuimos los bárbaros que/ ignoramos todo del más alto idioma,/ y es más: lo mancillamos. Pero// los dogmáticos fueron bárbaros también/ y en su idioma encendieron/ fogatas donde ardieron/ padres iconoclastas y más antiguos.// Ahora hombres sin fe en nosotros hablan/ y así nos niegan. Hijos que nos obligan/ a la pócima engañosa de lo viejo.// Igual la plaza no está vencida ni/ tan siquiera asediada. Todos ardemos/ en el torbellino de fuego del idioma. (Miguel Gaya)


26 noviembre 2012


Yo tengo mucho cuidado con los pensamientos de orgullo propio porque conozco a tantos idiotas que se creen los reyes del corso que quien me asegura a mí que no soy uno más de ellos. (Alejandro Dolina)


25 noviembre 2012


toda expresión y toda frase es un fin y un comienzo,/ todo poema es un epitafio. Y cualquier acción/ es un paso al tajo, al fuego, por la garganta del mar abajo/ o hacia la piedra ilegible: y ahí es donde arrancamos. (T. S. Eliot)

24 noviembre 2012


Notó que no se había tratado de que él hubiese pensado nada sino más bien de que había sido pensado por los pensares, por los frágiles y prepotentes pensares de su época./ A la luz del recuerdo que este colapso le fue lentamente iluminando, terminó por imaginar que la única forma legítima de conocimiento es aquella similar a la de los ciegos: por el tacto.  […] Conocer por el tacto: como el tacto particular de quien esto escribe reside en la invención de metáforas, decidió aplicar al arte los principios de las grandes tradiciones, capaces de iluminar más a fondo que cualquier estética intelectual. Pero esto es secundarlo. Lo que tal vez se pueda leer en las páginas que siguen es el intento de practicar el arte de volverse anacrónico para poder mirar ambas orillas y alcanzar así la vida en su plenitud. (H. A. Murena)


23 noviembre 2012


Lo que llamamos el comienzo es a menudo el fin/ y llegar a un fin es hacer un comienzo./ El fin es de donde arrancamos. Y cada expresión/ y frase que sea correcta/ (donde cada palabra esté en su casa,/ ocupando su lugar para apoyar a las demás,/ la palabra ni desconfiada ni ostentosa,/ un fácil comercio de lo viejo y lo nuevo,/ la palabra corriente, exacta sin vulgaridad,/ la palabra formal, precisa pero no pedante,/ el conjunto completo bailando juntos)/ toda expresión y toda frase es un fin y un comienzo,/ todo poema es un epitafio. (T.S. Eliot)


22 noviembre 2012


No hay progreso. Lo que se gana de un lado, se lo pierde del otro. Como no se sabe lo que se ha perdido, se cree que se ha ganado. (Jacques Lacan)


21 noviembre 2012


Nadie debe hacer ruido en el secreto corazón. Amo las apariencias del no ser natural. La verdadera nada es el espejo que envenena los rostros del deseo, convierte a la memoria en cuerpo fugitivo de la unión. Desde que nací estoy lleno y vacío de mí mismo y así conozco que la verdad más inocente es un destino. (Juan Gelman)


20 noviembre 2012


En los lugares de espanto que se dispone a conquistar, el orgulloso se hace preceder por un cohete. También la desesperación. Sin esplendor. (René Char)


17 noviembre 2012


Pero siempre sé consciente de la posibilidad de/ la total derrota/ ya sea por buenas o malas razones,/ un sabor temprano de la muerte no es necesariamente/ una mala cosa.// Sé paciente,/ el tiempo es la cruz de todos.// Toma más cerveza./ Hay tiempo/ y si no hay,/ está bien/ igual. (Charles Bukowski)


16 noviembre 2012


No hay posibilidad de que quienes se erigen en patrón moral de la Nación acepten que su voz es una entre muchas, igualmente válidas y que incluso haya demandas más urgentes. Muchos de ellos reclaman una superioridad que se les escatima en varios lados. Sienten que el país debiera agradecerles que hayan nacido acá y no en otro lado. Son más que la media. Su reclamo es de valores universales que sólo ellos encarnan: honestidad, decencia, buen juicio, laboriosidad. (Mariano Molina)


15 noviembre 2012


Y alguna vez, no siempre, guiado por el radar/ el poema aterriza en la pista, a ciegas, (entre relámpagos)/ carretea bajo la lluvia, y al detener sus turbinas, descienden/ de él, pasajeros aliviados de la muerte: las palabras. (Alfredo Veiravé)


14 noviembre 2012


Notó que no se había tratado de que él hubiese pensado nada sino más bien de que había sido pensado por los pensares, por los frágiles y prepotentes pensares de su época./ A la luz del recuerdo que este colapso le fue lentamente iluminando, terminó por imaginar que la única forma legítima de conocimiento es aquella similar a la de los ciegos: por el tacto. Esto, encontró, era lo que había en las grandes tradiciones milenarias –incidentalmente cristalizadas en religiones o no–, que debían su perduración, fabulosa si se la compara con la de los pensares modernos, a la circunstancia de atenerse fielmente a la realidad espiritual que recuerda. Al internarse en tales tradiciones, que lo acercaban a la orilla primordial del recuerdo y le instilaban un mejor temple para afrontar la orilla sin respuestas, advirtió que se iba poniendo anacrónico. Al principio, acosado aún por los prejuicios de su tiempo, sintió inquietud. Luego comprendió. Su tiempo era un tiempo que quizá como ninguno se había entregado al materialismo de la servidumbre al tiempo. Se esforzó entonces por tornarse cada vez más anacrónico, contra el tiempo, para que le fuera dada alguna vez la dicha de desentenderse por completo del tiempo. (H. A. Murena)


10 noviembre 2012


La intensidad es silenciosa. Su imagen no. (Amo lo que me deslumbra y acentúa luego la oscuridad en mi interior.) (René Char)


09 noviembre 2012


Mitre y Sarmiento quieren reemplazar los caudillos de poncho por los caudillos de frac; la democracia semi-bárbara, que despedaza las constituciones republicanas a latigazos, por la democracia semi-civilizada, que despedaza las constituciones con cañones rayados, y no con la mira de matarlas sino para reconstruirlas más bonitas; la democracia de las multitudes de las campañas, por la democracia del pueblo notable y decente de de las ciudades, es decir, las mayorías por las minorías populares; la democracia que es democracia, por la democracia que es oligarquía. (Juan Bautista Alberdi)


08 noviembre 2012


y la mañana afuera es agua espesa, orín,/ luz que hace mal// Espero, quiero decirte, estés a salvo/ de los asedios de este mundo y otros. (Cantos en la mañana vil)


07 noviembre 2012


El infierno y el paraíso me parecen desproporcionados. Los actos de los hombres no merecen tanto. (Jorge Luis Borges)


06 noviembre 2012


Que miraban las sombras, los/ perfiles y clavaban los jojos/ en las luces lejanas/ jamás una pradera de caballos trotando/ bajo el sol como foco/ pero sí en la difusa percepción:/ la niebla es más que lluvia/ el humo más que dios// el esbozo desnudo más que el repleto ayer. (Vicente Muleiro)


05 noviembre 2012


Pocos medios más efectivos de dominar a las personas debe tener el poder real, en estos tiempos, que hacerles creer que son libres y dueñas de sus decisiones.


04 noviembre 2012


Que levante la mano/ el que pueda vivir entre dos aguas./ Que tire la primera piedra/ el que se atreva a desafiar un destino dual,/ una doble melancolía./ Que diga la primera palabra/ el que abrigue dos nostalgias,/ el que pueda salir ileso de dos tentaciones./ Yo me cubro las manos de tierra./ Yo me lleno de piedras los bolsillos./ Yo me ahorro la palabra. (Miguel Barnet)


03 noviembre 2012


La historia se repite tanto para los idiotas como para los sabios, pues lo que introduce la mínima diferencia en la repetición elude tanto la aprehensión mediático-masiva como los intrincados laberintos del saber. Resignificar los términos en juego depende de esa sutil captación de un instante fugaz, de un instante de peligro. (Roque Farrán)


02 noviembre 2012


pero sabiendo contra todo pronóstico o gnoseología:/ que los leones son celestes y dorados porque son celestes y dorados/ y no hay poder real que pueda derrotar la ultra realidad que pasa/ de tal modo en los ojos de esta niña parada en el desierto,/ entre mujeres de negro de la cabeza a los pies paradas en el desierto,/ porque la poesía ha sido siempre una niña parada en el desierto/ y una niña parada en el desierto es suficiente testigo de su mirada. (Miguel Ángel Federik)


01 noviembre 2012


Quien escribe estas líneas arribó a la zona según el peculiar estilo de su vocación: leer, pensar, escribir. Llegó al descubrir que ese leer, pensar, escribir carecían incluso de la fortuita validez que les había atribuido: el llamado había sido nulo o acaso válido sólo para lograr que le comunicasen su propia nulidad. Porque se había entregado a múltiples de los pensares que su época le ofrecía. Para comprobar que de la noche a la mañana, con aceleración creciente, cada uno de esos pensares se tornaba no significante, caduco. Al cabo de muchos años de ese ejercicio diríase mecánico, y no por ello no angustioso, el fenómeno le dio que pensar acerca del pensar. Notó que no se había tratado de que él hubiese pensado nada sino más bien de que había sido pensado por los pensares, por los frágiles y prepotentes pensares de su época. (H.A. Murena)