29 noviembre 2010


poesia/ que desvia da norma/ e nao se encarna na historia/ divisionária rebelionária visionária/ velada / revelada/ fazendo strip-tease para teus próprios (duchamp)/ celibatários/ violencia organizada contra a lingua/ (a mingua)/ cotidiana// os apparátchiki te detestam/ poesia/ porque tua propriedade é a forma/ (como diria marx)/ e porque nao distingues/ o dançarino da dança/ nem dás a cesar o que é de cesar/ nao lhe das a mínima (catulo):/ sais com um poema pornô/ quando ele pede um hino/ serás a hetarea esmeralda/ de thomas mann/ a dragonária agônica/ de asas de sífilis/ ?/ oun um fiapo de sol no olho/ selenita de celan/ ? (Haroldo de Campos)

27 noviembre 2010


os apparátchiki te detestam/ poesia/ prima pobre/ (veja-se a conversa de benjamin/ com brecht/ sobre lukács gabor kurella/ numa tarde de junio/ em svendborg)// poesia/ fémea contraditória/ te detestam/ multifária/ mais putifaria que a mulher de/ putifar/ mais ofélia/ que himen de donzela/ na ante-sala da loucura de hamlet (Haroldo de Campos)

26 noviembre 2010


De los poetas, o de algunos de los mejores poetas, suele decirse que “no saben lo que dicen”, o que “no tienen nada que decir”. Lo ya dicho, lo que ya tiene significado y entra completo en la comprensión, para quienes ingresan a ciertas zonas del trabajo poético, no alcanza, es un estorbo, una estridente mudez obnubiladora y paralizadora: tarea de poeta es ver cómo dar palabra a aquello que no la tiene, ver modos de decir lo que no tiene cómo ser dicho y lo reclama, encontrar las palabras o los silencios o los reveses de las palabras o sus fisuras que rompan la insignificancia del “todo está claro: hasta acá llegamos, para qué más”. Se parecía un poco a esos poetas Néstor Kirchner cuando se lanzaba, con insuficientes palabras, a hurgar posibilidades donde no estaban claras las cosas o no parecían estarlo, a avanzar en la tiniebla de lo imprevisible o inadmisible, sin cinturones protectores ni barandas ni garantía de triunfo, no sin torpezas o riesgo de caer en el ridículo, pero de algún modo sabiendo –como suelen intuirlo los mejores poetas– que eso, al parecer insensato, es lo que corresponde hacer, que no hacerlo es seguir girando en torno de “lo que ya se sabe” y que cuando el sentido de una política, como el de las palabras, está completo, esa política ya tiene poco que decir. (en “Lo abierto, una poética)

12 noviembre 2010


Los ríos, de todo lo que existe vivo,/ viven la vida más definida y clara;/ para los ríos, vivir vale definirse/ y definir vivir con la lengua del agua./ El río corre, y así vivir para el río/ vale no sólo ser corrido por el tiempo:/ el río lo corre; y ya que es con su agua,/ vivir vale suicidarse, todo el tiempo. (Joao Cabral de Melo Neto)

11 noviembre 2010


Para no matar su tiempo, imaginó:/ vivirlo mientras ocurre, a lo vivo;/ en el instante finísimo en que ocurre,/ en punta de aguja y por tanto accesible;/ vivir su tiempo: para lo cual ir a vivir/ en un desierto literal o de alpendes;/ en yermos, que no distraigan de vivir/ la aguja de un solo instante, plenamente./ Plenamente: viviéndolo desde dentro de él;/ habitarlo, en la aguja de cada instante,/ en cada aguja instante: y habitar en él/ todo lo que habitar cede al habitante.// Y de vuelta de ir a habitar su tiempo:/ corre ya vacío, el tal tiempo a lo vivo;/ y como además de vacío, transparente,/ el instante a habitar pasa invisible./ Por lo tanto: para no matarlo, matarlo;/ matar el tiempo, llenándolo de cosas;/ en vez del desierto, vivir en calles/ donde lo llenan y lo matan las personas;/ pues como el tiempo ocurre transparente/ y sólo gana cuerpo y color con su meollo/ (lo que no pasó de lo que le pasó),/ para habitarlo: sólo en el pasado, muerto. (Joao Cabral de Melo Neto)

08 noviembre 2010


La función cinematográfica mantiene la denegación activa y permite, durante un tiempo experimental, poner en suspenso el principio de no contradicción que organiza el mundo práctico. Puedo gozar de cierto estado de indecisión sin hacerme arrollar por un camión, mis colegas o mis superiores. Preferir no hacerlo: eso es lo que permite por un instante alejar la presión del mundo. La denegación es como una autorización a cambiar de lógica. En el tiempo protegido de la representación, se supone que los espectadores no han de pasar al acto: corresponde a los personajes hacerlo en su lugar. (Jean-Louis Comolli)

07 noviembre 2010


El lugar del espectador es el lugar del juego. No se trata de saber, se trata de no saber. En el mundo, nuestro mundo, donde los embustes son invisibles aunque vigentes por doquier, se nos pide “elegir” cada vez con mayor frecuencia. No nos engañemos, somos nosotros quienes hemos sido “elegidos”: por el mercado, la clase, la educación, la filiación, la herencia, todo lo que se quiera. Por lo tanto, en esta sociedad sería una libertad poder sustraerse un instante al imperativo de “elección”. (Jean-Louis Comolli)

06 noviembre 2010


Leer: poner en suspenso las urgencias, lo que uno sabe bien, las voces que le ocupan a uno la cabeza, lo que uno tiene que decir de cualquier cosa, lo que quisiera pedirle uno a ese texto que lee. Darse a lo que abre esa danza de signos extraños.

05 noviembre 2010


Hay que poner algo en suspenso para leer, algo para escribir hay que poner en suspenso, para vivir hay que poner algo en suspenso.