26 abril 2007


Actúa piadosamente para no tener que experimentar a Dios; en última instancia, no es piadoso sino que solamente busca en sí su seguridad y su autojustificación, su riqueza espiritual. (Anselm Grün, hablando de un tipo de sujeto que se supone religioso; puede aplicarse la idea a la militancia política, a la práctica de la poesía y de la literatura, al sexo, al amor, etc.)

25 abril 2007


Pero que nadie se confunda: no se escriben ficciones para eludir, por inmadurez o irresponsabilidad, los rigores que exige el tratamiento de la “verdad”, sino justamente para poner en evidencia el carácter complejo de la situación, carácter complejo del que el tratamiento limitado a lo verificable implica una reducción abusiva y un empobrecimiento. Al dar un salto hacia lo inverificable, la ficción multiplica al infinito las posibilidades de tratamiento. No vuelve la espalda a una supuesta realidad objetiva: muy por el contrario, se sumerge en su turbulencia, desdeñando la actitud ingenua que consiste en pretender saber de antemano cómo esa realidad está hecha. No es una claudicación ante tal o cual ética de la verdad, sino la búsqueda de una un poco menos rudimentaria. (Saer)

23 abril 2007


En el mejor gol brasileño la tocan todos. En el mejor gol argentino hay uno que pasa a todos. (Martín R)

22 abril 2007


Están los lugares topológicos, los lugares en el orden de la esencia, y después está el lugar en el mundo, que se consigue, por lo general, a los empujones. En suma, hay esperanzas. Con un poco de suerte, todos ustedes siempre terminarán ocupando un lugar. La cosa no va mucho más lejos. (Lacan)

19 abril 2007


¿Y a la hora de/ pagar las cuentas, qué?/ ¿Y a la hora de cobrar?/ ¿Y a la de lavar/ prendas inconfesa-/ blemente sucias?/ ¿Y a la hora de/ todo está dicho? ¿A/ qué agregar/ más ruido al ruido?// ¿Y después de/ ya sabemos qué cosa,/ qué poesía?// Poesía del/ todo está dicho, del/ no está dicho en/ lo dicho, del/ no sé. Del/ todo está dicho y/ qué, del/ ruido. De/ mirar el ruido y/ escribir/ atrás o adentro, o/ por encima/ del ruido, con/ ruido, en el/ mundo del/ ruido, y/ qué. (En la resaca)

17 abril 2007

14 abril 2007


¿Es un destino del deseo puro, a fuerza de quemar los objetos, el de terminar extinguiéndose en un deseo de nada, deseo de muerte? No se entiende muy bien por qué tendría que ser así, y existen aún escrituras que asumen el riesgo más grave de todos, el del sentido en que el sujeto se juega su destino. Y a pesar de las imprecaciones y las siniestras profecías, la poesía amorosa no debería, aún menos que cualquier otra, ser llamada a desaparecer hoy en día, ya que en la era de la muerte de Dios, nuestra iluminación más accesible es profana. (Martine Broda)

12 abril 2007


Hoy en día, en Francia, la poesía, al perder contacto con su público a medida que renuncia a toda dimensión existencial, ética y de destino, deriva en tendencia a agotarse en juegos paródicos, o incluso a quedarse exangüe, como esa aburrida “poesía blanca” que se mantiene desde hace un tiempo en el proscenio. La actual “modernidad negativa” no ha teorizado nunca su práctica, solo se contenta con promulgar interdictos, ya que posee tabúes, sobre todo, y uno de los más risibles es aquel que sospecha de toda emoción, incluso la más sobria, aun cuando la poesía posee su propio pathos, que es el de la afasia. Con el pretexto de poner a prueba los límites de la lengua, imita la abstracción minimalista pictórica, movimiento repetido multitud de veces epigonalmente, sin tener en cuenta que la poesía no puede llegar tan lejos en su propio despojo como la pintura, en razón del vínculo del lenguaje con el sentido y el deseo que no puede cortarse sino a riesgo de perderlo todo. ¿Hay que erradicar de la lengua todos los nombres del deseo? Mallarmé dijo un día que “la destrucción fue mi Beatriz”, y desde entonces un muro entero de la poesía actual todavía no ha podido reedificarse. ¿Es un destino de lo sublime, por exceso de sublimación, el de devenir solamente negativo, sublime de lo impresentable? ¿Es un destino del deseo puro, a fuerza de quemar los objetos, el de terminar extinguiéndose en un deseo de nada, deseo de muerte? (Martine Broda)

11 abril 2007


Vuelve un pensamiento de amor/ al corazón cansado, como/ en el crepúsculo de invierno/ vuelve contra el sol/ el niño a casa. (Sandro Penna)

10 abril 2007


Debajo del cielo/ está el fuego,/ lo circunscribe, casi lo lame,/ está muy cerca y sin embargo/ el cielo nunca sufre el fuego.// El fuego son imágenes,/ pequeños demonios negros/ vistos en Jerusalén, en Babel,/ en el respaldo de los tronos,/ en la extensión de los cetros,/ en la nuca de los arrodillados,/ en las epístolas áureas del docto,/ en el que tiende a lo perfecto,/ en el que se ofrece como mucho,/ en los que crían para nada,/ en el que adquiere y pone precio,/ en los que se sientan a la mesa,/ en los que se niegan a servir,/ en los que escriben de este fuego/ escribiendo de consuelos y castigos.// Debajo del cielo está el fuego;/ somos la madera, la sequedad,/ el soplo que mantiene el fuego. (Girri)

09 abril 2007


Si se permitiera no estar siempre en carrera, o no siempre pendiente del efecto que va a provocar cada cosa que hace, si consiguiera en algún momento detenerse, y que entonces puedan abrirse paso zonas suyas que tal vez yazgan ahí, postergadas, pudriéndose quizá, como si fueran algo de lo que avergonzarse.

07 abril 2007


Soldi presiente que Gutiérrez no ignora la bajeza humana, simplemente la observa a distancia y la transmite o la comenta sin indignarse, no como si le resultase indiferente, sino como si hubiese agotado desde hace mucho tiempo sus reservas de furor e indignación. (Saer, La grande)

06 abril 2007


sí, mañana quizás afirme algo/ de lo que la mente guarda para siempre/ de lo que suele sonreír al corazón./ Hoy las amapolas, los cinco sentidos/ y tantas otras cosas que la tierra concede/ oscilan, no me dejan comprender. (Girri)

02 abril 2007


Soy uno que se marcha/ después de ver la lucha final/ entre el cuervo y la paloma.// Soy uno que declina reinar/ en la trenza obediente del deseo/ pero que estira sus miembros.// Soy uno que aligera su carga/ dejándose abrigar, liviano,/ por la caliente plegaria.// Soy uno que roza el amor/ y de pronto sus labios, su pulso/ mueren de muerte.// Soy uno que se marcha/ cansado de prometerse:/ sí, mañana quizás afirme algo/ de lo que la mente guarda para siempre/ de lo que suele sonreír al corazón./ Hoy las amapolas, los cinco sentidos/ y tantas otras cosas que la tierra concede/ oscilan, no me dejan comprender. (Girri)

01 abril 2007