31 enero 2007


El periodismo, las letras, el arte en general/ está lleno de tipos infatuados/ que el periodismo, las letras y el arte en general/ vuelven leyenda o historia fabulosa,/ papel de redacción, materia de homenajes./ Y hay un público dispuesto a que le digan,/ un público de fechas y parroquia,/ tal vez poco exigente,/ dispuesto a consumir lo que le den/ el periodismo, las letras, el arte en general. (Jorge Fondebrider)

30 enero 2007


O deep unknown, guttering candle,/ beloved nugget lodged/ in the obscure heart's/ last recess,/ have mercy upon us.// We choose from the past, tearing morsels to feed/ pride or grievance./ We live in terror/ of what we know.// death, death, and the world's /death we imagine/ and cannot imagine,/ we who may be/ the first and the last witness.// We live in terror/ of what we do not know,/ in terror of not knowing,/ of the limitless, through which freefalling/ forever, our dread/ sinks and sinks,/ or/ of the violent closure of all.// Yet our hope lies/ in the unknown,/ in our unknowing.// O deep, remote unknown,/ O deep unknown,/ Have mercy upon us. (Denise Levertov)

16 enero 2007


una jarra de vidrio verde/ es todo lo que tengo pero la conozco bien/ tengo sólo esta jarra/ me ha quedado ella sola/ y es bastante/ una jarra vacía/ no hace falta/ llenarla/ ni moverla/ está bien allí/ y yo estoy bien/ mientras la miro/ por una vez/ los dos/ nos comprendemos/ en el reposo de ser/ cada uno/ por su lado.(Edgar Bayley)


15 enero 2007


Antes que “el inconsciente”, es la inconciencia lo que se debe oponer a la conciencia. (Sergio Sánchez, en el prólogo a Destinos personales, de Bodei)

14 enero 2007


Los vencedores no son los que escriben la historia, sino los que fijan las reglas del juego. (Hernán García Hodgson)

13 enero 2007


La utilidad pública es hacer un cierto paso al costado a la problemática de la eficiencia. No somos los psicoanalistas los únicos que decimos que el supuesto énfasis en la eficacia, siempre a corto plazo, arruina la perspectiva del largo plazo. En la economía hemos visto cómo todo el acento puesto en considerar los efectos a corto plazo, el rendimiento supuestamente eficaz, produce efectos de destrucción a largo plazo que después necesitan, por ejemplo, la invención de conceptos como el de desarrollo durable. La necesidad de reintroducir el largo plazo es resultado de esta ideología ciega de considerar la eficacia en términos de poca duración. Efectivamente nuestra época pragmática pide dar cuentas de lo útil de algo, lo útil es el valor que aparece en primer plano, pero al mismo tiempo nuestra época construye industrias de lo fútil de muchas cosas. Vemos como hay toda una zona de lo inútil, de lo que sirve sólo para gozar, que se multiplica. La industria del show-bussiness en todos los aspectos, de la moda, son industrias que sirven a lo que no tiene otra utilidad que para gozar, con todo lo que hay de inutilidad fundamental en el gozar. No sirve de nada gozar, pero es una exigencia. El psicoanalista –desde que Freud nos introdujo a la dimensión de lo que llamó pulsión de muerte– sabe que todos los discursos sobre el bien, sobre lo útil, sobre la búsqueda de bienestar, tienen debajo lo que puede tomar la forma de una voluntad mala que actúa contra las buenas intenciones del sujeto.
Todo lo que quiere hacer bien al final encuentra un caos total, como podemos ver en muchos aspectos de nuestra civilización, fundada en lo pragmático, lo útil, etc., y con todo esto nos fabrican un Irak para sorpresa general. Todo estaba muy bien calculado, habían aprendido todas las lecciones de Vietnam, de cómo no se iba a repetir eso y de pronto se ingresa en una catástrofe. Es la razón por la cual cuando frente a los discursos sobre estos cálculos fantásticos de la utilidad se ven los quiebres en los mercados, se observan derrumbes fatales en las economías de países enteros, se ven guerras, surgimientos de amenazas mortíferas como el terrorismo que apareció como sorpresa dentro de la civilización aparentemente unificada después de la caída del muro de Berlín, con todo esto tenemos la idea que la civilización de lo útil produce monstruos extraños. (…)
Para enfrentarnos a estos acontecimientos reales que se producen, el discurso de la utilidad se apoya especialmente en la retórica de la evaluación. Esto no alivia al sentimiento que todo el mundo tiene acerca de que hay algo de la globalización que se va de las manos de los que están a cargo. Hay cosas que van mucho más allá de lo que podían calcular, imaginar, prever en eficacia a corto plazo, y que los resultados de la bolsa del próximo trimestre probablemente no nos digan mucho sobre lo importante de lo que va a surgir el año que viene. Sabemos que podemos construir dispositivos para dialogar con los que se sienten obligados a encarar la exigencia de lo útil –que no pueden dar una subvención a un centro de atención analítica si no demuestra su utilidad– pero sin perder de vista que esto es un semblante, que la retórica autoritaria de la evaluación más bien testimonia de la angustia de los que nos dirigen, que hacen lo que pueden pero con el sentimiento de que las cosas se les escapan.
(Eric Laurent)

12 enero 2007


¡Eres un cohete, mujer!/ Le dijo a Pepa fray Diego/ ¿Si? Dijo ésta… Señor lego,/ Si soy cohete, ¿cómo ayer/ A pesar de vuestro fuego/ No me pudiste encender? (Juan Cruz Varela)

11 enero 2007


Il mio suplizio è quando non mi credo in armonia” (Ungaretti). La trampa es, habiendo alcanzado alguna armonía, quedarse agarrado de ella, cuidarla, rabiar si se deshizo, no tomar nota de que toda sensación de estar en armonía corresponde a una situación puntual y no está mal que venga después la angustia, el desconcierto o la incomodidad de hundir las patas en otro tramo de la equívoca vida concreta.

10 enero 2007


Pasar por pelotudo o serlo, pasar por el quemo. No es lo peor que a uno puede ocurrirle cuando adopta una posición que quizá alcance visibilidad, pero es lo que tiene casi asegurado en un paisaje donde el uso indiscriminado de la adjetivación y el deporte del desprecio amenazan cualquier intento de abrir la boca. Y bueno, pasar por pelotudo o serlo, quemarse, con todo el riesgo a equivocarse, como cada vez que se hace algo. No siempre se puede dejar pasar todo, no siempre está bien.

03 enero 2007



Esas cruzadas depuradoras que cada tanto desatan los sacerdotes de la Abstracción sobre la vida cultural argentina. Nada que los contradiga, nada que se escape a su control.

02 enero 2007


No sirve de nada cuestionar las listas de libros o autores más leídos o valorados (por el público, por sus colegas, por la crítica, por Mongo Sorongo). Las listas son eso, listas: fuentes de datos a tener en cuenta, para las conversaciones que a uno le gusta mantener en la sobremesa o en la playa, para algún estudio sociocultural, para considerar los vínculos entre la escritura y el mercado o entre la escritura y la situación sociopolítica o para lo que a la dama y el caballero se le ocurra. Nada dicen, ni podrían, acerca de por qué a uno le importaría el encuentro con esos libros o autores, en qué le importaría, qué tipo de experiencia le estaría ofreciendo a uno su lectura. A quien quiere saber qué es lo que hay que escribir (o cómo) para conseguir ser nombrado, o al que profesionalmente o socialmente necesita que se lo considere una persona informada, las listas pueden resultarle útiles. Que les aproveche. Lo que, en cambio, uno llama literatura –como escritura y como experiencia de lectura– pasa por otro lado, y da igual que figure o que no figure en las listas: puede, si quiere, reciclar o asimilar lo que reluce en las marquesinas, pero lo que la distingue es el espacio que abre a un tipo distinto de atención, a la irrupción de lo que no se espera, a la extrañeza, el silencio, el plus que a uno lo aparta de lo previsto y lo banal, y, por supuesto, de sí mismo.