30 junio 2009


Creación, fin del mundo. Nacimiento, muerte. Etc. Hacer finitos, en cierto sentido, el espacio y el tiempo. O agrupar en torno a lo finito lo indefinido. La estatua en su entorno como el poema en el silencio. (Simone Weil)

28 junio 2009


Permítanme decirles: hay un oficialismo invertido, impalpable, que se llama “oposición” y que pertenece a un almácigo de poderes globalizados. No gobiernan por medios tradicionales sino por los invisibles rezos laicos de una Inquisición que imparte reglas de etiqueta y simbolismos de coerción universal. En cambio, los pobres gobiernos que comienzan a incomodar cuando muchas de sus partes albergan significaciones novedosas y socialmente imaginativas ven desencadenar en su contra la acción mancomunada de un ejército de sabuesos semiológicos del “vigilar y castigar”./ Son ellos los oficialistas de época, que atacan más a los moderados esfuerzos reparadores de los gobiernos populares que a los parapetos de mando total de un tiempo que sienten suyo. Se molestan por el titilante memorial boliviano de Evo Morales o la sincera pasión agonal del ecuatoriano Correa, pero ponen ceño de sentida admiración ante una gárgara amenazante de Prat Gay o algún lance de guionada, arrasadora obviedad de Sor Gabriela Michetti. Saben que allí, en esas puerilidades para sus públicos cautivos, residen verdaderamente los nervios económicos diversificados del horizonte planetario, las mutaciones tecnológicas que producen grandes cuadros de dominación, la fábrica burocrática de las imágenes seriales./ Son ellos, los oficialistas de un pensamiento mundial con sus alas de derecha y de izquierda. El panorama mundial es poco alentador, y en las recientes elecciones europeas triunfó un oscuro pánico y la indiferencia pusilánime. ¿Se podía esperar otro resultado? Se renuevan sorprendentes operaciones simbólicas de control tecnológico masivo, mientras estilos visibles de ópera bufa y folletín embuchan lo político. Escuchen: somos opositores a eso. (Horacio González)

26 junio 2009


Los versos. No “superan el listón” mientras no creen para el lector un tiempo nuevo. Y como la música (Valéry), un poema sale del silencio y vuelve al silencio. (Simone Weil)

24 junio 2009


Hay un oficialismo de época. Se hospeda en el lugar del “opositor”, con sus gallardetes morales, su invocación de las libertades, pero protegido en su gabinete de “fierros mediáticos” y munido de las nuevas retóricas de la derecha. Puede ser hasta “progresista”, pero su idea del tiempo, del espacio, de la naturaleza, del cuerpo, de la vida, de las imágenes, de la palabra, del espectador, del lector, de la comprensión del arte, de las filosofías del sentido, todo ello es de derecha, esto es, lo que antemano descarta reflexionar sobre sus poderes y soportes, sobre sus subyacentes escaños autobiográficos y, como antes se decía, sobre las condiciones de producción de la existencia. (Horacio González)

21 junio 2009


Objeto del arte: hacernos sensibles al tiempo y el espacio. Fabricarnos un espacio y un tiempo humanos, hechos por el hombre, pero sin que dejen de ser el tiempo y el espacio. (Simone Weil)

18 junio 2009


A mi modesto entender, la poesía reside en lo que no se comprende pero se sabe. (Miguel Ruibal)

16 junio 2009


El poema enseña a contemplar los pensamientos en lugar de cambiarlos. (Simone Weil)

14 junio 2009


Lo ordinario es el modo ordinario de Dios de hacer milagros. Es tan milagroso como lo extraordinario, sólo que no lo vemos así porque es ordinario. Pero para los que viven en contacto con Dios toda su vida es extraordinaria y sobrenatural y está llena de milagros. (Ernesto Cardenal)

12 junio 2009


El arte (no importa cuál) tiene que ver con dos cosas: con el trabajo y con el amor. ¿Correspondencia entre ambas?/ El amor, sin embargo, está presente en el arte en la medida en que está superado o incluso negado. La lección de la obra de arte: prohibido tocar las cosas hermosas. La inspiración del artista es siempre platónica./ El arte es de ese modo el símbolo de dos de los más nobles empeños humanos: construir (trabajo) y no destruir (amor superado). Si todo amor es por naturaleza sádico, el pudor, el respeto y la moderación representan las señas humanas. No apropiarse de lo que uno ama…, rechazar el poder… (Simone Weil)

09 junio 2009


(In memoriam D.M.) La muerte es lo verdadero, nada más verdadero que la muerte. No puedo entender esta muerte, no me alcanza el entendimiento para eso, pero algo que con ella me estás dando –eso alcanzo a percibirlo– es el encuentro con lo verdadero: no hay posibilidad de estupidez ni de impostura en esta escena irrumpida de golpe en el día indescriptible, hay un absurdo esencial, un golpe que habrá que ir asimilando muy despacio porque por ahora ni siquiera duele, y la evidencia de la pequeñez y el ridículo de tantas cosas que tantas veces vos y yo dijimos que son pequeñas y ridículas pero sabiendo que lo decíamos sólo para exorcizarlas porque en el fondo seguíamos pegados a ellas, viciosamente dependientes de ellas, pero que ahora, puestas frente a tu muerte, qué poco son, de qué modo se revela su condición de pura chafalonía o pretexto para quedarse uno enredado en la nadita entretenida y sustituta. Me hacés nacer de nuevo, en cierto modo, al morirte, ¿puedo agradecerte eso, como te estoy agradecido por tantos buenos momentos de alegría que supe que era posible vivir gracias a vos?

08 junio 2009


Sin obstáculos inevitables –sin necesidad– el arte acabaría siendo un simple juego. Pues ¿qué expresaría entonces? Toda obra de arte es un canto a la necesidad. El arte griego y los demás. Filóctetes, etc. (Simone Weil)

06 junio 2009


La estridente alta/ cívica fanfarria/ del desgobierno. Es/ lo que sostenemos.// Insolencia salvaje,/ conjuntos sin/ distinción. Coraje/ de los hombres comunes:// consumir en la chusma/ sus testimonios sobrantes/ después de siglos/ se les concedió/ como un indulto./ Y otras fidelidades/ otras fortalezas/ rotas como fue estipulado—/ Respublica,/ evocada con voz quebrada,/ sus leyes arcaicas/ y su himnodia;// y la destruida esperanza/ que tantas veces/ fue traída en triunfo/ de entre los muertos. (Geoffrey Hill)

04 junio 2009


Vencer un obstáculo que uno se ha puesto a sí mismo no es vencer un obstáculo – sólo el obstáculo encontrado es obstáculo. En el puro juego, no existe el verdadero obstáculo. (Simone Weil)

02 junio 2009


El gusano de la incomprensión reside en el alma misma del lenguaje, es cierto, Nicolás. Pero, además de residir en el lenguaje ¿no lo constituye también? Habría dos modos de pensar, en ese sentido, al trabajo de la poesía: 1) cómo reconocer la incomprensión inherente a todo lenguaje, asumirla y hacerle frente para ver cómo se la supera o se soportan sus consecuencias, 2) cómo operar con ella, extraer de ella belleza o productividad poética, una incomprensión ante la que la posibilidad de comprender pierda importancia porque son otras las posibilidades de la palabra que empiezan a importar.