16 noviembre 2012


No hay posibilidad de que quienes se erigen en patrón moral de la Nación acepten que su voz es una entre muchas, igualmente válidas y que incluso haya demandas más urgentes. Muchos de ellos reclaman una superioridad que se les escatima en varios lados. Sienten que el país debiera agradecerles que hayan nacido acá y no en otro lado. Son más que la media. Su reclamo es de valores universales que sólo ellos encarnan: honestidad, decencia, buen juicio, laboriosidad. (Mariano Molina)