pero sabiendo
contra todo pronóstico o gnoseología:/ que los leones son celestes y dorados
porque son celestes y dorados/ y no hay poder real que pueda derrotar la ultra
realidad que pasa/ de tal modo en los ojos de esta niña parada en el desierto,/
entre mujeres de negro de la cabeza a los pies paradas en el desierto,/ porque
la poesía ha sido siempre una niña parada en el desierto/ y una niña parada en
el desierto es suficiente testigo de su mirada. (
Miguel Ángel Federik)