25 noviembre 2009


Pero quizás habría que decirlo desde un principio: hay, al menos, dos clases de parodia, amigo taxista. La parodia burlesca que se ríe del Modelo y la que lo emula en “serio”. (Así, entre comillas, escucho más la risilla). De acuerdo, de acuerdo. En fin, cantos contrastantes por un lado y cantos paralelos por el otro. Y de este tipo de relaciones está hecho todo el sistema de la literatura. Disrrupción pero también –y mucho– emulación. Intentos de hacer tabla rasa con el Modelo e intentos de descubrir nuevas posibilidades para el Modelo. Y lo demás es copia, imitación. (Leónidas Lamborghini, La experiencia de la vida)