Al fondo de un buen poema se vislumbra el caos, eso lo saben hasta los niños. Por eso saltan al vacío desde el muelle de fierro contra el oleaje y regresan intactos, ligeramente ensangrentados, si usted quiere, por el roquerío de fondo pero vuelven riendo intactos, el diamante en seso. (
Gonzalo Rojas)