El gran arte es a la vez la ventana de la sociedad sobre el caos y la forma dada a ese caos (mientras que la religión es la ventana hacia el caos y
la máscara que oculta ese caos). El arte es una forma que no enmascara nada. A través de esa forma, el arte muestra, indefinidamente, el caos; y por esa vía cuestiona las significaciones establecidas, hasta la significación de la vida humana y de sus contenidos más indiscutibles. (
Castoriadis)