28 marzo 2011


Las grandes obras de arte y las grandes construcciones filosóficas han permanecido incomprendidas no por su excesiva distancia del núcleo de la experiencia humana, sino por todo lo contrario, y la propia incomprensión podría reducirse fácilmente a una bien notoria comprensión: la vergüenza por la participación en la injusticia universal, que se intensificaría si se permitiese el comprender. (T.W. Adorno)