La emoción estética difiere de la emoción pura y simple en que existe una mediación formal. Si un paisaje nos produce una emoción estética no es simplemente porque nosotros somos seres sensibles, sino porque estamos percibiendo toda una serie de relaciones que no analizamos en el momento de la percepción pero que crean un objeto cuya exactitud produce ese sentimiento estético. (
Saer)