31 agosto 2011
¿Será nomás que se conforma con muy poco quien dice que “para no ser débiles hay que juntarse con los iguales, y nuestros iguales son todos los que sueñan con comer todos los días y tener una casa digna en esta América latina tan rica”?. ¿Apenas comer todos los días y tener una casa digna? “Qué poco piden”, comentó alguien, cuando José Mujica lo dijo. ¿Debería haber hablado el presidente uruguayo de expropiar las fábricas y dárselas a los trabajadores? ¿De estatizar las empresas extranjeras, repartir la tierra en granjas colectivas? ¿Terminar con la burguesía? ¿Ignora el ex tupamaro que mientras haya patrones y propiedad privada habrá injusticia, explotación y gente al margen? ¿Y si no lo ignora, se resigna? Tal vez ni lo ignore ni se resigne, tal vez sin ignorarlo ni resignarse le preocupe muy concretamente la situación de los que no comen todos los días y/o carecen de casa digna. Tal vez considere que lograr que coman y tengan una buena casa ya es mucho, muchísimo, en las condiciones reales en que estos países están y ante las reales posibilidades de cambiar las cosas en las que él y otros tienen que moverme. Tal vez podamos pensar que siquiera plantear algo como lo que Mujica plantea ahora era completamente impensable hace diez años. Tal vez más valga pedir poco y conseguir ese poco para los que lo necesitan desesperadamente (porque sinó se mueren) que pedir mucho y no conseguir ni medio. Nada nos impide seguir peleando por los objetivos de fondo, irrenunciables, y a la vez ponernos objetivos inmediatos relativamente reducidos pero que requieren mucho esfuerzo, porque los obstáculos y las fuerzas enemigas son gigantescos, de modo de concretarlos en beneficio de los que más padecen. Abrazarse a las grandes metas como a un patrimonio y quedarnos mirándonos al espejo admirados de nuestra lucidez revolucinaria es muy satisfactorio, pero no cambia nada, sobre todo para los que necesitan cambios muy concretos, ya. Los que entre la vida real de las personas y las ideas se quedan con las ideas, ¿Qué es lo que les importa de esas ideas, en función de qué?
29 agosto 2011
28 agosto 2011
27 agosto 2011
No te fíes de los infieles/ filos de la realidad, reata/ para un pura sangre que no existe: álzate/ azabache, que te corta el hacha del sentido. (Eduardo Milán)
26 agosto 2011
Me siento cerca de los débiles, de los devaluados, porque soy uno de ellos. Me considero un ser débil, pertenezco a esa marea. No poso de ser uno más. Soy profundamente hermano de ellos porque soy uno de ellos. Los otros son otros. Engordados por dentro. No importa que uno sea gordo por fuera. Lo terrible es ver cómo algunos se van hinchando y se ponen guatones de arrogancia, de egoísmo e insensibilidad. Ahí hay mucho dolor. No son felices. (Raúl Zurita)
24 agosto 2011
Dios derribó de su trono a los poderosos y elevó a los humildes; colmó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías. (Lucas 1,52-53)
23 agosto 2011
22 agosto 2011
En el absoluto/ las aves siempre cantan/ pero en la corporativa/ sala de reuniones/ los hombres de gris/ están al volante/ del mundo. (Carl Rakosi)
21 agosto 2011
20 agosto 2011
18 agosto 2011
Una locomotora de lata/ abandonada en la basura./ Una araña teje en ella su red/ y sólo atrapa una gota de rocío (Jorge Teillier)
16 agosto 2011
14 agosto 2011
13 agosto 2011
09 agosto 2011
La incompletud es el santo y seña del modernismo. Desaparecieron las construcciones sistemáticas de la epistemología y el historicismo decimonónicos, el omnium gatherum que fue proyectado humorísticamente por Coleridge y adquirió forma gigantesca con Hegel, con Auguste Comte. Adorno sostiene que la "totalidad es la mentira". Una poética de lo fragmentario, de "fragmentos anclados contra nuestra ruina", habita la literatura moderna. Esto no imposibilita la envergadura. Al contrario. El final abierto, lo no terminado en Proust, o en los Cantos de Pound, en Moisés y Aaron de Schoenberg, la forma aperta en Musil, generan sus propios modos de inmensidad inconclusa. En el modernismo, la forma no es acto perfeccionado, sino proceso y revisión incesantes. El tema habilitante es, después de Mallarmé, el de la naturaleza problemática, la ilegitimidad, por así decirlo, de llegar a ser solamente. La incompletud, el exceso de borradores, de bocetos, de notas, de correcciones rodean; ironizan y subvierten el texto a través de la sugestión y la insinuación constante de resoluciones alternativas, de "lo que pudo ser" –nuevamente, una categoría que convierte a Coleridge en premodernista–. Mucho antes de Valéry, la intuición aceptaba que toda obra escrita, ni hablar publicada, significaba la muerte de su intención, de la visión conceptual que la había originado. (George Steiner)
08 agosto 2011
la piedra que encuentra al bruto/ es a menudo/ corazón de un santo/ un simple/ o magia silvestre// ésa lo derriba/ rompe su pezuña entusiasmada// y queda/ (el bruto)/ mirando la pequeña cosa/ que se alzó/ sincera// y vuelve a tropezar/ muy convencido. (Alejandro Schmidt)
07 agosto 2011
El, de un golpe de ala, barre el mundo/ Y sube por la atmósfera encendida/ Muerto como hombre y como sol sereno./ Así ha de ser la noble poesía:/ Así como la vida: estrella y gozque;/ La cueva dentellada por el fuego,/ El pino en cuyas ramas olorosas/ A la luz de la luna canta un nido/ Canta un nido a la lumbre de la luna. (José Martí)
06 agosto 2011
Siempre me impresionó la premonición de Jacques Lacan en 1964, cuando aseguró que el porvenir del Mercado Común Europeo (y esto no lo preveía nadie en esa época, si se quiere, optimista) nos iba a dar a conocer cotas desconocidas en cuanto al ascenso del racismo. Se trata de su célebre tesis sobre “el odio al goce del Otro”, actualmente ya muy reconocida y muy comentada y que básicamente intenta dar cuenta del odio racial, no solo como odio por la diferencia, tal como se suele mencionar habitualmente, sino como un desconocimiento radical en el sujeto sobre sí mismo, sobre sus goces más secretos. que lo lleva a traducir el goce del otro, su modo singular de satisfacción, como un goce subdesarrollado. Se trata de un racismo cuasi invisible, que no necesita ser proclamado, que siempre aprecia en el otro un exceso, una intrusión, un robo del propio goce; los extranjeros con sus fiestas, con su relación con el trabajo, con el dinero o con lo que sea, invaden lo más íntimo del sujeto racista, un sujeto que la mayoría de las veces desconoce los resortes últimos de su rechazo. De allí la actual metamorfosis política de Europa, siempre tan preocupada por lo que puede llegar de modo inesperado a perturbar su identidad, siempre tan asediada por el espectro amenazante de un goce supuestamente no domesticado. (Jorge Alemán)
05 agosto 2011
04 agosto 2011
03 agosto 2011
02 agosto 2011
Creo que la mayor parte de los hombres carecen de realidad, se conforman con una zona mínima de la realidad. Por eso, aunque crean vivir en las circunstancias más concretas, viven en la abstracción. La pérdida de vista de la situación integral del ser humano en la escala total de las cosas es lo más opuesto posible a lo que llamaríamos superficialmente realismo. En Porchia, en cambio, era al revés. Para él la realidad era desde ir a buscar las verduras al mercado o trabajar en su jardín o tomar con unos amigos un vaso de vino con un poco de queso y salame, hasta plantear las últimas instancias de lo posible y lo imposible, de lo real y lo irreal. (Juarroz)
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