05 marzo 2015


Para tener una visión no era necesario que la cosa fuera triste o alegre o se manifestara. Bastaba con que existiera, preferentemente quieta y silenciosa, para sentir en ella la marca. Por Dios, la marca de la existencia… Pero no había que buscarla, dado que todo lo existente forzosamente existía… Y la visión consistía en sorprender el símbolo de las cosas en las cosas mismas. Clarice Lispector