El respeto, si no queda reducido a un gesto piadoso con los mayores o de
cuidado ante la autoridad institucional, podría ser proximidad receptiva con lo
que no se entiende. Respeto: hospitalidad con lo no conocido, deferencia con la
diferencia, estima por lo extraño. El entusiasmo por las ideas, el deseo de
pensar de otro modo, la fogosa inconformidad con lo existente, todo eso no pide
acatamiento ni repetición, sino respeto.
Marcelo Percia