Lo
único que importa en la poesía es que, a veces, tus ojos se encuentran con unas
palabras, o tus oídos, y algo pasa, inusitado, que no alcanzás a saber bien qué
es, ni hace falta saberlo. Todo lo demás es simulación, farsa, hipocresía,
relaciones sociales, entretenimiento, vanidad, ejercicio de competencias profesionales, modos de hacer carrera y/o de escaparle a la soledad que nos constituye.