30 noviembre 2015
Los propios críticos traicionan su papel de críticos; los autores traicionan su responsabilidad y su rigor, y existe la vasta complicidad del público, que no es inocente en este asunto, pues acepta el juego y se adapta a lo que se le da. El conjunto es instrumentalizado, utilizado por un sistema anónimo a su vez. Todo esto no es el acto de un dictador, de un puñado de grandes capitalistas o de un grupo de creadores de opinión; es una inmensa corriente social-histórica que va en esa dirección y hace que todo se vuelva insignificante. Evidentemente, la televisión ofrece el mejor ejemplo de esto: si algo se coloca en el centro de la actualidad durante 24 horas, se vuelve insignificante y deja de existir después de esas 24 horas, porque se encontró o se debe encontrar otra cosa que tomará su lugar. Culto de lo efímero que exige al mismo tiempo una contracción extrema: lo que se llama en la televisión estadounidense el attention span, la duración útil de la atención de un espectador, era de diez minutos todavía hace algunos años, para caer gradualmente a cinco minutos, a un minuto, y ahora a diez segundos. El spot televisivo de diez segundos es considerado el medio de comunicación más eficaz; es el que se utiliza durante las campañas presidenciales, y es totalmente comprensible que esos spots no contengan nada sustancial, sino que estén consagrados a insinuaciones difamatorias. Aparentemente, es lo único que el espectador es capaz de asimilar. Eso es a la vez verdadero y falso. La humanidad no se ha degenerado biológicamente, las personas todavía son capaces de poner atención a un discurso argumentado y relativamente largo; pero es cierto también que el sistema y los medios de comunicación "educan" (a saber, deforman sistemáticamente) a las personas, de tal modo que no puedan finalmente interesarse en nada que sobrepase algunos segundos, o algunos minutos como máximo./ Ahí hay una conspiración, no en el sentido policial, sino en el sentido etimológico: todo eso "respira junto", sopla en la misma dirección de la de una sociedad donde toda crítica pierde su eficacia. Cornelius Castoriadis
29 noviembre 2015
Los imbéciles viven en un mundo artificial y falso: basados en el poder que se puede ejercer sobre otros, niegan la rotunda realidad de lo humano, a la que sustituyen por esquemas huecos. El mundo del poder es un mundo vacío de sentido, fuera de la realidad. La poesía es una mística de la realidad. El poeta busca en la palabra no un modo de expresarse sino un modo de participar en la realidad misma. Aldo Pellegrini
28 noviembre 2015
27 noviembre 2015
Si te postran diez veces, te levantas/ otras diez, otras cien, otras quinientas:/ no han de ser tus caídas tan violentas/ ni tampoco, por ley, han de ser tantas./ Con el hambre genial con que las plantas/ asimilan el humus avarientas,/ deglutiendo el rencor de las afrentas/ se formaron los santos y las santas./ Obsesión casi asnal, para ser fuerte,/ nada más necesita la criatura,/ y en cualquier infeliz se me figura/ que se mellan los garfios de la suerte.../ ¡Todos los incurables tienen cura/ cinco segundos antes de su muerte! Pedro B. Palacios, Almafuerte
26 noviembre 2015
25 noviembre 2015
19 noviembre 2015
17 noviembre 2015
13 noviembre 2015
Simplificando mucho, hay intelectuales que por distintas tradiciones teóricas sueñan con un acuerdo como núcleo último de sentido; y otros que se conciben a sí mismos como muy radicales, que se sostienen en el desacuerdo irremediable y se refugian en la filosofía, en la ética o en la estética; y por último, la izquierda populista, el gobierno griego y Podemos, que intentan un saber hacer con el desacuerdo irreductible que habita el corazón de cualquier construcción social. Jorge Alemán
12 noviembre 2015
11 noviembre 2015
Cualquiera puede opinar. Pero está visto que predomina esa visión liberal atomista que cree es posible la pacificación del espacio social; así los individuos se desplazarían libremente por el medio neutro que los cobija sin fricción. Nada más alejado de la superficie fibrada, real, donde se traman las relaciones de poder que nos constituyen. Por supuesto, para aprehender semejante espacio hace falta saber, y hace falta cuidado. Nada de eso entienden los espíritus liberales y sus abstracciones de buenas ondas y frases sueltas. Roque Farrán
10 noviembre 2015
09 noviembre 2015
08 noviembre 2015
"El tribunal de la razón clasifica./ La división de clases aprovecha la lógica clasificatoria. La clasificación no sólo separa identidades, sino que establece distinciones, jerarquiza preferencias, declara beneficios, propaga destinos./ Hay una secreta complicidad entre la clasificación y la desigualdad./ La clasificación lastima la continuidad de las cosas./ Las instituciones son pequeños o grandes reinos clasificatorios./ Se podría decir que Dios no creó el mundo, sino que lo clasificó./ La razón occidental exhibe su furia clasificatoria como si fuera su más sofisticado aporte racional./ No hace falta decir que las clasificaciones no simpatizan con lo que se mueve./ La clasificación colecciona inmovilidades." Marcelo Percia
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