Simplificando mucho, hay intelectuales que por distintas
tradiciones teóricas sueñan con un acuerdo como núcleo último de sentido; y
otros que se conciben a sí mismos como muy radicales, que se sostienen en el
desacuerdo irremediable y se refugian en la filosofía, en la ética o en la
estética; y por último, la izquierda populista, el gobierno griego y Podemos,
que intentan un saber hacer con el desacuerdo irreductible que habita el
corazón de cualquier construcción social.
Jorge Alemán