Has puesto a todo el mundo en trance de pedir excusas, de preguntarse el pecho./ Queremos ser como tú, dicen el escolar ingenuo y el involuntario cínico./ ¡Ser como tú, y después el cine, la cama, la cafetería!/ Balas de letras dan a tus matadores./ Se envalentonan en verso libre./ Profieren amenazas desde la butaca, la cogen con los otros, echan cortinas de humo./ Porque en realidad nadie quiere verse en el espejo./ Porque ya no se puede aguantar ni la propia literatura./ Porque ya nadie puede creer que estaba engañado./ Porque no se puede soportar la firmeza de tu rostro. (Fina García Marruz)
14 junio 2008
Has puesto a todo el mundo en trance de pedir excusas, de preguntarse el pecho./ Queremos ser como tú, dicen el escolar ingenuo y el involuntario cínico./ ¡Ser como tú, y después el cine, la cama, la cafetería!/ Balas de letras dan a tus matadores./ Se envalentonan en verso libre./ Profieren amenazas desde la butaca, la cogen con los otros, echan cortinas de humo./ Porque en realidad nadie quiere verse en el espejo./ Porque ya no se puede aguantar ni la propia literatura./ Porque ya nadie puede creer que estaba engañado./ Porque no se puede soportar la firmeza de tu rostro. (Fina García Marruz)