10 agosto 2012


Quienes insisten en llamar a las cosas por sus nombres/ como si fueran claras y sencillas/ las llenan simplemente de nuevos ornamentos./ No las expresan, giran en torno al diccionario,/ inutilizan más y más el lenguaje,/ las llaman por sus nombres y ellas responden por sus nombres/ pero se nos desnudan en los parajes oscuros./ Discursos, oraciones, juegos de sobremesa,/ todas estas cositas por las que vamos tirando. (Enrique Lihn)