27 agosto 2013


El mundo de la fuerza y la resistencia es simple. En él, los derechos del hombre tienen sentido; la violencia contra ellos los fortalece./ Por el contrario, el mundo de los descerebrados es desconocido. Puede ser un mundo sin reglas, puesto que el poder entra en contradicción con los valores en los que tradicionalmente se fundaba. Por primera vez, el poder se establece sobre la confusión y no sobre el orden. El poder que se basa en la economía sólo puede declararse moral por un abuso de lenguaje. Su único valor eficaz es el cinismo y la mentira. Su violencia más radical es dejar sin sentido a toda nuestra conducta defensiva. (Bernard Nöel)