El cuerpo está hecho de palabras, y de palabras/ es, continuo, el rumor de
la sangre. Verbal el árbol/ que, a cada octubre verbal, para nombres
maravillados, resplandece./ Va dando, repetitiva, voces la piedra. Y son
palabras/ la muerte, mi muerte, el día transparente./ El aire proferido. (
Juan
José Saer)