08 abril 2014


mirad al espejo: cobardes,/ retrocediendo a la fatiga de la verdad,/ renuentes a aprender, dejando/ el pensar a merced de los lobos,/ el aro en la nariz vuestra alhaja más cara,/ ningún engaño demasiado estúpido, ningún consuelo/ demasiado barato, cualquier extorsión/ para vosotros es demasiado benigna aun./ corderos, hermanos son,/ comparados con vosotros, los cuervos:/ vosotros os cegáis uno al otro. (Hans Magnus Enzensberger, “Defensa de los lobos contra los corderos)