¿Poesía como pan? Ese pan debe crujir entre los dientes y despertar otra
vez el hambre, antes que calmarla. Y esa poesía debe estar afilada por el saber
y debe ser amarga por la nostalgia, para poder conmover el sueño de los
hombres. Sí, estamos dormidos –somos durmientes− de miedo a tener que
observarnos y observar nuestro mundo. (
Ingeborg Bachmann)