Si hay una fuerza transgresora, antipuritana y revolucionaria es el
capitalismo. Walter Benjamin lo vio muy bien, y por eso identificaba la
revolución con el freno de mano de una locomotora desbocada. Se trata de eso,
de encontrar frenos de mano, límites, bridas, que deben ser dobles, obviamente
materiales y económicas, pero también bridas de valores y éticas, que suelen
tener que ver con eso que hemos llamado tradición, y que en la izquierda no
tiene mucho predicamento o que tiene que ver con ese sentido común configurado
en torno al sentido de la justicia y a la conciencia de la propia fragilidad
que son las dos cosas que en el mito de Protágoras, permiten que los seres
humanos sobrevivan, como es el aido, que es el pudor y la conciencia de la
mortalidad y la diké que es la justicia. (Santiago Alba Rico)