El lirismo más puro es siempre arcaico. Señala una sola cosa: nuestra
pertenencia. A la casa de lo humano, a la casa de la materia, por supuesto, y
al pequeño pago de la lengua. Gloria y fragilidad de su sentido puesto en duda,
afirmado, puesto en duda..., en medio del gran coro, por la idiota de la
familia, es decir, la voz de la poesía.
Diana Bellessi