10 marzo 2007


Si existe un núcleo duro del arte no hay que buscarlo en el sujeto, en el artista, en su deseo de expresarse y comunicar, sino en la obra, en su singularidad radical, en su irreductibilidad a una única identidad, en su carácter esencialmente enigmático. “El arte no puede disolverse nunca en la comunicación porque contiene un núcleo incomunicable”. Esta es una cita de Mario Perniola./ Estas definiciones me han ayudado mucho a comprender qué significados tiene una toma de posición de esta índole. Contribuye a redefinir qué es, en última instancia, lo valorable de una obra. Atento a en qué acontecimiento deberíamos estar, alrededor de qué núcleo de valoración podemos movernos con nuestras capacidades reflexivas. Pero creo que es, a la vez, una señal sobre el cuidado que debemos tener a propósito de la condición de precariedad de toda hegemonía, de la natural circunstancialidad de cualquier código. (Tulio de Sagastizabal)