15 abril 2009


¿Cómo hacen, los que tienen sexo/ sin amor? Imperturbables como bailarines,/ deslizándose el uno sobre el otro, como patinadores/ sobre hielo, los dedos enlazados,/ uno dentro del otro, las caras/ rojas como un bife o como el vino, húmedos como/ bebés recién nacidos cuyas madres/ piensan abandonar. ¿Cómo es que acaban/ Dios cómo es que acaban/ por llegar a las aguas tranquilas, sin amar/ al que hizo el recorrido junto a ellos, mientras que poco a poco/ subía la temperatura, y un vapor emanaba/ de sus pieles? Yo creo que ellos son/ los religiosos de verdad, los puristas, los profesionales,/ los que se negarían a creer/ en un falso Mesías, o a amar al sacerdote/ en vez de al Dios. Jamás confundirían/ a quien tienen al lado con la fuente de su propio placer./ Son como los mejores corredores: saben que están a solas/ con el camino y sus características,/ con el frío y el viento, las condiciones del calzado,/ su situación cardíaca: variables, nada más,/ como el otro en la cama; no su verdad, que es/ el cuerpo aislado, solo en el universo,/ tratando de batir su propio récord. (Sharon Olds)