26 agosto 2009


Son ignorantes, Ignacio, sí. Pero no sólo ni principalmente porque no saben colocar los acentos ni les importa, o por el estrafalario uso que pueden dar a palabras como “estética”, sino por la maciza seguridad con que dicen lo que dicen, la impermeable inocencia con que dan por sentado que las cosas son lo que suponen que son, el hecho de que ni se les ocurra preguntarse qué será en realidad eso que están haciendo. Viven montados al “todo es así”, encantados con lo que llaman “la realidad”, porque tal como viene la mano les conviene o así lo creen, y entonces cómo se van a preocupar por los acentos o el sentido de la palabra “estética”. Son ignorantes porque la posibilidad de que alguna inseguridad les interrogue no entra en su horizonte y el saber no está entre sus inquietudes, o al menos deja de estarlo en el punto en que la inquietud por saber amenaza lo que tiene de halagüeño la realidad aparente. Y por eso también son, aunque declamen marxismo u otras posturas de izquierda, reaccionarios, derechistas de alma.