06 junio 2013
Nuestra editorial busca crear una mínima grieta ahí, en relación a ese discurso que permanentemente desea convertirnos en espectadores de nuestra propia vida y que busca que la participación ciudadana se limite a demostrar que las consignas que ellos promocionan son correctas. En ese sentido, lo del gruñido tiene que ver también con una frase de Piglia: “El Estado dice que quien no dice lo que todos dicen, es incomprensible y está fuera de su época”. Y también, por lo casi inaudible, está haciendo latente la necesidad de acercamiento, ¿verdad? Solamente al acercarnos más a algo que no se oye bien, somos capaces de entender ese sonido. Evidentemente hay slogans y consignas que pueden ser amplificadas a través de los grandes medios de comunicación y funcionan como disparadores de un triunfo electoral o de una campaña de ventas, y otras formas de vida, como la de una editorial de poesía, que necesitan modular su lenguaje de un modo más próximo, más íntimo. Me gusta la idea de un gruñido casi inaudible, porque veo que requiere ese acercamiento del que te hablaba, pero también porque no te garantiza una situación de comodidad: estar cerca de algo que gruñe puede ser peligroso. (Aníbal Cristobo)