Por consiguiente, tanto en el terreno político como en el terreno de la
traducción poética o filosófica, el acontecimiento que hay que inventar es un
acontecimiento de traducción. No de traducción en la homogeneidad unívoca, sino
en el encuentro de idiomas que concuerdan, que se aceptan sin renunciar en la
mayor medida posible a su singularidad. En todo momento se trata de una
elección difícil. (
Jacques Derrida)