30 diciembre 2014


Lo religioso sería, al fin y al cabo, en el sentido de la palabra “religioso” que prefiero, acceder a una buena relación (nada ansiosa, nada apremiada ni enojada o envidiosa, aunque tampoco complaciente o boba) con el mundo que realmente existe, tal como es, no como uno lo imagina o como nos lo dice la imagen que nos armamos del mundo, y saber que esa relación es imposible, sobre todo porque uno mismo es el obstáculo, y seguir apostando a eso, y no renunciar.