16 julio 2006
Pero también sabemos que ningún hecho social tiene un sentido inmanente. Que los modos de apropiación son diversos y son, ahí nomás, la arena de la lucha por el sentido (y que esa lucha por el sentido no es mero juego de palabras, las más de las veces)./ También sabemos que en toda fiesta popular están presentes las estrategias hegemónicas del poder y las contrahegemónicas de esos sujetos tan inasibles que estarían de un otro lado./ Sabemos todo eso por que nos lo ha enseñado la vida, alguien nos lo dijo o lo leímos en alguna parte./ Sabemos que quedarse en un único estado de espíritu es condenarse, sobre todo si es un estado narcótico, sabemos que la vida no es joda y que, como dice el pensador contemporáneo Don Mario Pergolini, hay mucho garca suelto./ Pero también sabemos que no podemos andar por ahí con el dedo en alto todo el tiempo. Que a veces hay que tener la fiesta, porque para la fiesta nunca será el momento si hemos de esperar que la realidad la autorice./ Que nadie me trate de ingenuo por enfatizar este costado: son las dos caras de la moneda y cualquier pretensión por reclamar el predominio de la aproximación crítica o de la ingenua es simplificar flagrantemente la ponderación de la cosa. (Glosa)