20 febrero 2010


Se trata de una lógica del desatino y un sentido común basado en falsedades o en razonamientos demenciales. El problema del Gobierno con el Banco Central se convierte en el centro de las conversaciones de todas las peluquerías. De pronto, tipos que como yo no sabían para qué sirve el Banco Central empiezan a expresar una opinión. La tendencia hace que la gente pase del desconocimiento más absoluto a la opinión más astuta. Porque, además, ni siquiera es una opinión cualquiera: la opinión que anda en la calle, la que recogen los noteros –esos cosechadores de desatinos– es ya una opinión llena de astucia, que ha ido y ha vuelto. Los que desconocen un asunto, lo primero que aprenden es la astucia, esa desconfianza que se representa con la guiñada de ojo. Es espantoso. Qué es esto de la astucia como virtud de los que desconocen un asunto. (Alejandro Dolina)