Sol, además, ahí afuera eso, el sol,/ que sube afuera de nosotros/ Ya no es lo que llamábamos "el sol"/ ni "la vida" es la vida// ¿Y entonces qué habla por esta boca, la muerte?/ ¿Qué sobreimprime al sol esa palabra "sol"/ qué alumbra o hace como que alumbra ahí? (Cantos en la mañana vil)
31 marzo 2010
30 marzo 2010
28 marzo 2010
Ser adulto significa justamente haber llegado a entender que no es en la tierra natal donde se ha nacido, sino en un lugar más grande, más neutro, ni amigo ni enemigo, desconocido, al que nadie podría llamar suyo y que no estimula el afecto sino la extrañeza, un hogar que no es espacial ni geográfico, ni siquiera verbal, sino más bien, y hasta donde esas palabras puedan seguir significando algo, físico, químico, biológico, cósmico, y del que lo invisible y lo visible, desde las yemas de los dedos hasta el universo estrellado, o lo que puede llegar a saberse sobre lo invisible y lo visible, forman parte, y que ese conjunto que incluye hasta los bordes mismos de lo inconcebible, no es en realidad su patria sino su prisión, abandonada y cerrada ella misma desde el exterior -la oscuridad desmesurada que errabundea, ígnea y gélida a la vez, al abrigo no únicamente de los sentidos, sino también de la emoción, de la nostalgia y del pensamiento. (Saer)
27 marzo 2010
26 marzo 2010
24 marzo 2010
22 marzo 2010
Señor, nunca me des lo que te pida./ Me encanta lo imprevisto, lo que baja/ de tus rubias estrellas, que la vida/ me presente de golpe la baraja/ contra la que he de jugar.// Quiero el asombro/ de ir silencioso por mi calle oscura,/ sentir que me golpean en el hombro,/ volverme, y ver la faz de la aventura.// Quiero ignorar en dónde y de qué modo/ encontraré la muerte. Sorprendida,/ sepa el alma, a la vuelta de un recodo,/ que un paso atrás se le quedo la vida. (Nalé Roxlo)
21 marzo 2010
20 marzo 2010
En la amplitud del amor cabe/ la insistencia de no ser, eso/ que despliega sus alas en la/ repetición flotante de aguas mínimas./ Se autoborran las iras, aparece/ la luz tocando su saquito/ de espérames y andates. Se abre/ el cristal de la noche encontrada./ Flores que dían junto a/ la época de sucesos tristes/ tocan al sol como un saber./ No hay vacíos en esa escuela/ de lo que nunca es pecho gris. Hay/ rostros que van de espejo a espejo/ para buscar su nombre. (Gelman)
19 marzo 2010
Si todo esta lleno, y si cada cosa tiene un lugar, mucho no queda para moverse o buscar. Muy poco puede uno salir de la posición que fue encontrando en el cuadro y difícil va a ser que entre algo nuevo o distinto en el campo de percepción. Mejor vaciar entonces, dejar casilleros sin ocupar o directamente tirarlos abajo, empezar a perder, perderse.
18 marzo 2010
17 marzo 2010
Probablemente sea más difícil en Estados Unidos que en Europa defender el rol refundador que pueden asumir las "Humanities" en un campo social y político amenazado de desintegración, tal como lo vivimos, de un modo diferente pero similar, en todos los países del mundo actual. Con todo, insisto en esta defensa, no solo porque es en esta convicción donde se sostiene mi trabajo intelectual, sino porque estoy convencida de que es importante tomar conciencia de ella, una conciencia orgullosa para contrarrestar la tentación de la depresión que embarga y amenaza al investigador, al intelectual, al escritor situados en el imperio del cálculo y del espectáculo. Y también para dar a oír la necesidad de una participación más valiente, más adecuada para el gran público en esta "democracia de opinión" en la que se ha transformado la sociedad del espectáculo moderno. (Kristeva)
14 marzo 2010
Ya va a venir el día, repito/ por el órgano oral de tu silencio/ y urge tomar la izquierda con el hambre/ y tomar la derecha con la sed; de todos modos,/ abstente de ser pobre con los ricos,/ atiza/ tu frío, porque en él se integra mi calor, amada víctima./ Ya va a venir el día, ponte el cuerpo. (Vallejo)
12 marzo 2010
11 marzo 2010
10 marzo 2010
Escarnecido, aclimatado al bien, mórbido, hurente,/ doblo el cabo carnal y juego a copas,/ donde acaban en moscas los destinos,/ donde comí y bebí de lo que me hunde./ Monumental adarme,/ féretro numeral, los de mi deuda,/ los de mi deuda, cuando caigo altamente,/ ruidosamente, amoratadamente./ A1 fondo, es hora,/ entonces, de gemir con toda el hacha/ y es entonces el año del sollozo,/ el día del tobillo,/ la noche del costado, el siglo del resuello./ Cualidades estériles, monótonos satanes,/ del flanco brincan,/ del ijar de mi yegua suplente;/ pero, donde comí, cuánto pensé!/ pero cuánto bebí donde lloré!/ Así es la vida, tal/ como es la vida, allá, detrás/ del infinito; así, espontáneamente,/ delante de la sien legislativa./ Yace la cuerda así al pie del violín,/ cuando hablaron del aire, a voces, cuando/ hablaron muy despacio del relámpago./ Se dobla así la mala causa, vamos/ de tres en tres a la unidad; así/ se juega a copas/ y salen a mi encuentro los que aléjanse,/ acaban los destinos en bacterias/ y se debe todo a todos. (Vallejo)
08 marzo 2010
06 marzo 2010
05 marzo 2010
04 marzo 2010
Todos los momentos generosos de una sociedad parten de sentimientos que brotan inesperadamente. Nadie es un héroe. La situación heroica es la más común de las situaciones. Surge de la fragilidad, la angustia o de la desesperanza. (Horacio González)
Todos los momentos generosos de una sociedad parten de sentimientos que brotan inesperadamente. Nadie es un héroe. La situación heroica es la más común de las situaciones. Surge de la fragilidad, la angustia o de la desesperanza. (Horacio González)
03 marzo 2010
No vivimos hoy momentos de entusiasmo cívico, colectivo o político. Si el entusiasmo es la forma laica de un deseo trascendente, no estamos en una época propicia a estos afanes. Por el contrario, nos hallamos inmersos en sociedades que creen ser hedónicas y son apenas espasmos de avaricias reivindicantes. La incredulidad generalizada es un subproducto de la democracia mediática, del predominio de pequeñas maniobras, de la irritación táctica y de tácticas irritadas. […]. La palabra pública reflexionante ha sido reemplazada por mandobles calculados, ensayos chulos de lenguaje, monosílabos que si son groseros calan más. El concepto de lo político, con su sujeto dramático, ha sido reemplazado por la “operación política”, la noticia “plantada”, la obstrucción tramada en trastiendas políticas. El despliegue de ideas sostenidas por razonamientos complejos ha sido reemplazada por chicanas y gracias televisivas, mezquinas acciones toleradas llamadas “palos en la rueda” o “pases de factura”; las construcciones en común han sido reemplazadas por exorcismos y cuarentenas: “no quedar pegado”, “le soltó la mano”. Entendámonos: los requiebros en el habla colectiva y las metáforas del acervo picaresco no son enemigos de la democracia, son el grano de sal que condimenta el viejo pacto entre los lenguajes cultivados y el manantial justiciero de las ironías populares. Pero ahora la política nacional parece estar en estado permanente de chicotazo verbal, con especialistas en “meter la tapa” en programas de tevé, investigadores de la vida privada, moralistas que prometen adecentamiento y parecen emisarios espectrales de Savonarola, manoseadores de biografías con técnicas de basural, gritones mutuamente profesionales de frases como “yo lo dejé hablar, ahora hablo yo”, que son el síntoma disgregador de un espacio dialogal del que deben surgir sujetos políticos y no energúmenos trastrocados. […] Todo está sujeto a escarnio en el país. Así no es posible restituir la pertinencia de la palabra pública en la nación, dicha como soporte invisible de su armazón moral. Acciones de progreso colectivo y social evidentes corren peligro ante un nuevo reaccionarismo que supo expropiar los estilos reivindicativos y militantes, anexándolos como “ala de los luchadores” en la procesión neoconservadora. No hay fórmulas probadas para desarmar este enorme equívoco detrás del que corre una parte sensible de la sociedad. (Horacio González)
02 marzo 2010
La maravilla y el placer de verse uno sorprendido, desacomodado, encontrando que hay cosas distintas de las que uno esperaba o que algo se puede ver de un modo que no es el que uno estaba acostumbrado. La tontería de querer adecuar a los propios criterios lo que uno lee o de tratar de ver si eso que lee encaja o no en los propios criterios, cuando lo bueno es que el proceso se dé al revés, más bien. ¿O para qué uno lee, sinó? ¿Se puede decir, sinó, que lo que hace uno es leer algo? Todo lo cual no implica que los criterios no importen, ni que todo dé lo mismo ni que todo valga. Incluso, aunque más no sea, porque sin criterios ni diferencia ni valor tampoco habría sorpresa, ni descubrimiento, ni puesta en cuestión de lo que uno ya presupone, ni nada.
01 marzo 2010
Lo que digo no lo digo como chacarero sabihondo, ni como payador leído, lo digo buscando con ustedes. Lo digo buscando, porque sólo los ignorantes creen que la verdad es definitiva y maciza, cuando apenas es provisoria y gelatinosa. Hay que buscarla, porque anda corriendo de escondite en escondite. Y pobre del que emprenda en soledad esta cacería. (José “Pepe” Mujica, a los intelectuales)
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