30 septiembre 2011
No habrá nunca una puerta. Estás adentro/ y el alcázar abarca el universo/ y no tiene ni anverso ni reverso/ ni externo muro ni secreto centro.// No esperes que el rigor de tu camino/ que tercamente se bifurca en otro,/ tendrá fin. Es de hierro tu destino// como tu juez. No aguardes la embestida/ del toro que es un hombre y cuya extraña/ forma plural da horror a la maraña// de interminable piedra entretejida./ No existe. Nada esperes. Ni siquiera/ en el negro crepúsculo la fiera. (Borges)
29 septiembre 2011
Frente al profesor, que está del lado de la palabra, llamamos escritor a todo operador del lenguaje que está del lado de la escritura; entre ambos, el intelectual: aquel que imprime y publica su palabra. No existe apenas incompatibilidad alguna entre el lenguaje del profesor y el del intelectual (coexisten a menudo en un mismo individuo); pero el escritor está solo, separado: la escritura empieza allí donde la palabra se pone imposible (puede entenderse en el sentido en que se aplica a un niño). (Roland Barthes)
28 septiembre 2011
Come shadow, come, and take this shadow up,/ Come shadow shadow, come and take this up,/ Come, shadow, come, and take this shadow up,/ Come, come shadow, and take this shadow up,/ Come, come and shadow, take this shadow up,/ Come, up, come shadow and take this shadow,/ And up, come, take shadow, come this shadow,/ And up, come, come shadow, take this shadow,/ And come shadow, come up, take this shadow,/ Come up, come shadow this, and take shadow,/ Up, shadow this, come and take shadow, come/ Shadow this, take and come up shadow, come/ Take and come, shadow, come up, shadow this,/ Up, come and take shadow, come this shadow,/ Come up, take shadow, and come this shadow,/ Come and take shadow, come up this shadow,/ Shadow, shadow come, come and take this up,/ Come, shadow, take, and come this shadow, up,/ Come shadow, come, and take this shadow up,/ Come, shadow, come, and take this shadow up. (Louis Zukofsky)
27 septiembre 2011
¿Qué es esto? ¿Tristeza? Tal vez sea tristeza./ Una canción que te sabes de memoria./ Que se repite. Pues que se repita./ Que se repita desde ahora./ Que suene también a la hora de la muerte,/ como gratitud de labios y ojos,/ hacia lo que, a veces, nos obliga/ a perder la mirada en la lejanía.// Y mirando en silencio al techo,/ porque el calcetín, claro, está vacío,/ comprenderás que la avaricia sólo es garantía/ de que eres demasiado viejo./ De que ya es tarde para creer en milagros./ Y lanzando tu mirada al cielo,/ sentirás de repente que tú mismo/ eres un regalo sincero. (Iosif Brodsky)
26 septiembre 2011
Porque el único sentido oculto de las cosas/ es no tener ningún sentido oculto./ es más extraño que todas las extrañezas/ y que los sueños de todos los poetas/ y los pensamientos de todos los filósofos/ que las cosas sean realmente lo que parecen ser/ y no haya nada que comprender. (Pessoa)
25 septiembre 2011
Cuando la situación está saturada por su propia norma, cuando el cálculo es inscrito sin descanso, cuando no hay vacío entre saber y prever, entonces es preciso poéticamente estar listo a salir fuera de sí mismo. Pues la nominación de un acontecimiento, en el sentido que hablo, suplementación indecidible, debe ser nombrada para advenir a un ser-fiel, esto es a una verdad; esta nominación es siempre poética. Para nombrar un suplemento, un azar, un incalculable, es preciso apoyarse en el vacío del sentido, en la ausencia de las significaciones establecidas, con peligro de la lengua. Es necesario entonces poetizar, y el nombre poético del acontecimiento es lo que nos lanza fuera de nosotros mismos, a través del cerco en llamas de las previsiones. (Badiou)
24 septiembre 2011
Noche que se me va, otra noche, y el ala/ de un inmenso avión se ha interpuesto/ entre el azul espeso y la ventana, y dudo/ si es un verde tenuísimo o si es plata, fría/ cual finura insistente del bisturí que rasga/ el útero, o también la luz misma, cuando agrieta/ la mano del chiquillo cansado de hacer fuerza/ para irritar a sus hermanos, simulando que oculta/ quién sabe qué tesoro, y va aflojando/ la presa, y sé que nada ha de salir que ayer/ no estuviera ya en mí desconsoladamente, y me da/ frío mirarme un día más, chupado/ hueso frutal, sin pulpa, a la intemperie. (Gabriel Ferrater)
23 septiembre 2011
El ciudadano ya no demanda información. Está atragantado de información. Desde el poder se dieron cuenta de que la forma de ocultar lo importante es enterrarlo entre datos triviales. (…) Antes se repetía que ‘periodismo’ era publicar información que alguien quería ocultar. Hoy se da lo contrario. La mayoría de las informaciones son inducidas. Y el sistema hace que los cabeza de turco sean los políticos. (Pascual Serrano)
22 septiembre 2011
Hoy el enemigo me vino a espiar, feliz./ Montó guardia allá en la curva del río/ trajo unos palos (uno, que me puede quebrar);/ pero yo no me quiebro porque soy blando. (Chico Buarque)
21 septiembre 2011
Especialmente nada, muchachos, ¡videntes/ de otra edad! ¡Borges,/ Publio Ovidio!, nada: lo cierto/ es que no hay nada, salvo/ cada 28, sangre/ de parir y ese es el juego. De ahí vinimos viniendo los/ poetas malheridos aullando/ mujer, gimiendo/ hermosura, Eternidad/ que no se ve: especialmente eso, muchachos,/ que no se ve. (Gonzalo Rojas)
20 septiembre 2011
En el mundo real: en lo desacostumbrado. En lo que no tiene nombre ni calificación, en lo irreductible, lo que “tiene algo para decir aunque no lo dice” o que “algo, no sé qué, está diciendo”. Se lee o escribe poesía para aprender a desacostumbrarse, o para entrenarse en el desacostumbramiento. Lo conocido y seguro es irrealidad, renuncia.
19 septiembre 2011
Tal vez una mañana caminando bajo un aire de vidrio/ árido, volviéndome, veré hacerse el milagro:/ la nada a mis espaldas, el vacío detrás/ de mí, con terror de borracho.// Luego, como en una pantalla, se detendrán de pronto/ colinas casas árboles para el común engaño./ Pero será muy tarde; y yo me iré callado,/ en medio de los hombres que no se vuelven, con mi secreto. (Montale)
18 septiembre 2011
Se han enfrentado las grandes percepciones que siguen marcando enfrentamientos: la idea de la cultura como mercancía y la idea de la cultura como bien común. Esto define el campo de enfrentamiento fundamental de nuestro tiempo. […] El campo teórico que el neoliberalismo ha propuesto es falso. Nos propone la polarización estatal versus la privada. Es un efecto de la mercantilización de la vida, en la que todo tiene un precio. Y el opuesto a la esfera mercantil es la pública, la esfera de los derechos. Esa es la lucha de nuestros tiempos, derechos versus mercancía. El Estado está en el medio. (Emir Sader)
17 septiembre 2011
¿Es más real el agua de la fuente/ O la muchacha que se mira en ella?/ No se sabe, la gente se lo pasa/ Construyendo castillos en la arena./ ¿Es superior el vaso transparente/ A la mano del hombre que lo crea?/ Se respira una atmósfera cansada/ De ceniza, de humo, de tristeza:/ Lo que se vio una vez ya no se vuelve/ A ver igual, dicen las hojas secas./ Hora del té, tostadas, margarina./ Todo envuelto en una especie de niebla. (Nicanor Parra)
16 septiembre 2011
15 septiembre 2011
Cuando algo se ha dicho y repetido cierta cantidad de veces, pasa a la conciencia común. Como decía Max Jacob, “lo verdadero es siempre nuevo”, y para ser verdadero, es preciso que sea nuevo. Es preciso entonces creer que lo que dice la verdad no lo dice completamente de la misma manera como lo repite el discurso común. (Lacan)
14 septiembre 2011
13 septiembre 2011
La ventaja de quienes trabajamos cerca de la poesía, en comparación con otras dedicaciones a la literatura: podemos situarnos con más facilidad en un lugar impersonal. Desde la conciencia de que sólo somos damas y caballeros que reciben regalos, sin mérito especial por nuestra parte, resulta en principio más sencillo no endiosarse, no pensarse como ser esencialmente diferente a los demás, no enamorarse de uno mismo, no mitificar los gozosos padecimientos del escritor. Poesía: no para ser admirado sino para ayudar. (Jorge Riechmann)
12 septiembre 2011
El misterio de las cosas, ¿dónde está?/ ¿Dónde está él que no aparece/ por lo menos para mostrarnos que es misterio?/ ¿Qué sabe el río y que sabe el árbol?/ Y yo, que no soy más que ellos, ¿qué sé de eso?/ Siempre que miro las cosas y pienso en lo que los hombres piensan de ellas,/ río como un riacho que suena fresco en una piedra. (Pessoa)
08 septiembre 2011
07 septiembre 2011
06 septiembre 2011
“Recuperación de un pensar de las izquierdas y ver la subsistencia de un error profundo en ellas, un error inscripto en toda lengua que no surgiera de un interior anímico capaz del autorreconocimiento doloroso de sus posibilidades.” (Horacio González)
05 septiembre 2011
Inventarse otro corazón/ con ritmo lento, parece ser la idea./ Este presente será una eternidad/ menos la falta, parecería el augurio./ Un corazón con falta puede andar/ mucho más lento, con su seguridad/ vacía. Las palabras podrían acompañar/ como muletas la falta del corazón,/ el gran faltado. El corazón, no yo,/ es el faltado y las palabras sin corazón./ Es El faltado. (Eduardo Milán)
04 septiembre 2011
Pero en un mundo dislocado por el individualismo, la ganancia y el consumo, la pérdida de sentido de la vida, la disolución de los lazos sociales, donde el terror sigue trabajando en silencio los espacios conquistados por la muerte, y los cuerpos asesinos están entre nosotros como amenazas impunes, ¿qué sentido tienen el recuerdo, el coraje, la memoria, si no tienen un cuerpo imaginario colectivo para hacerle frente y resistirle?/ Recordar implica aproximar el horror de lo distante hasta convertirlo en próximo, traerlo a la memoria como imagen presente, darle sentido a su existencia pasada en lo que ahora vivimos. Significa entonces poner al desnudo la internacional de la muerte y del horror que está implantada en el mundo. La máquina para producirnos como seres sin memoria, puro olvido que el instante agota, disemina el terror en lo cotidiano, lo torna invisible en su presencia repetida por todas partes, se infiltra como imagen normalizada en los granos menudos de la vida cotidiana: lo convierte en banal, como decía Hannah Arendt del genocidio nazi burocratizado. La muere: una forma cotidiana de su ejercicio y de su permanencia. Su efecto individual: no ver ni sentir al otro que la sufre, excluirse del conjunto para ponerse a salvo, porque nunca es a uno a quien le toca. Su resultado colectivo: una sociedad pusilánime y tonta. (León Rozitchner)
03 septiembre 2011
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