13 septiembre 2011


La ventaja de quienes trabajamos cerca de la poesía, en comparación con otras dedicaciones a la literatura: podemos situarnos con más facilidad en un lugar impersonal. Desde la conciencia de que sólo somos damas y caballeros que reciben regalos, sin mérito especial por nuestra parte, resulta en principio más sencillo no endiosarse, no pensarse como ser esencialmente diferente a los demás, no enamorarse de uno mismo, no mitificar los gozosos padecimientos del escritor. Poesía: no para ser admirado sino para ayudar. (Jorge Riechmann)