04 noviembre 2011


Aunque de todo este horror edifiquemos/ algo más claro y duradero,/ habrá sido tan alto el precio/ que en comparación nuestro edificio será nada,/ y aunque la tierra entera cante con una voz unánime,/ mucho más tarde, junto a la mesa servida,/ habrá siempre un momento negro sobre una rama del tiempo/ donde los sueños convictos de estos siglos ruidosos/ recibirán, de los verdugos de sueños, su condena. (Juan José Saer)