15 noviembre 2011


En realidad, el lenguaje no tiene nada que ver con una ventana; para empezar, porque una ventana separa claramente un interior de un exterior, que sería la última cosa que se puede decir que haga el lenguaje. Por el contrario, estar en el “interior” de un idioma es una manera de estar “fuera” de él también. Es un modo de estar situado entre las realidades del mundo. La engañosa imagen espacial, por lo tanto, se derrumba. La poesía es una expresión de la certeza de que el lenguaje no nos separa de la realidad, sino que nos ofrece un acceso más profundo a ésta. Así que no se trata de elegir entre estar fascinado por las palabras o preocupado con las cosas. La esencia misma de las palabras es señalar más allá de sí mismas; de forma que percibirlas como valiosas de por sí es también adentrarse más profundamente en la realidad a la que se refieren. No comprender esto es como afirmar que no puedes cavar con una pala porque la parte metálica del extremo del mango no hace más que interferir el proceso. (Terry Eagleton)