03 febrero 2012


No hay mayor lujuria que el pensar./ Se propaga este escarceo como la mala hierba/ en el surco preparado para las margaritas.// No hay nada sagrado para aquellos que piensan./ Es insolente llamar a las cosas por su nombre,/ los viciosos análisis, las síntesis lascivas,/ la persecución salvaje y perversa de un hecho desnudo,/ el manoseo obsceno de delicados temas,/ los roces al expresar opiniones; música celestial en sus oídos. (Wislawa Szymborska)