Las palabras se mueven, la música se mueve/ sólo en el
tiempo; y lo que sólo vive/ sólo puede morir./ Las palabras, después de haber
hablado/ entran en el silencio. Únicamente/ por medio de la forma, del diseño,/
la música o las voces consiguen la quietud,/ como se mueve un jarrón chino
inmóvil/ perpetuamente en su inmovilidad. (
T. S. Eliot)