—¿Quién eres tú? No era un
comienzo alentador. Alicia contestó, bastante intimidada: —Yo… yo ya ni sé
quién soy… al menos sabía quien era cuando me levanté por la mañana, pero he
cambiado tantas veces desde entonces… —¿Qué quieres
decir con eso?- preguntó, severa, la oruga-. ¡Explícate!/ —Me temo no poder
explicarme- contestó Alicia-, porque, como usted ve, no soy yo misma. (
Lewis Carrol)