31 julio 2012


Pero habéis pensado/ que el otro cuerpo de la poesía está también allá, en el Junio de crecida, desnudo casi bajo las agujas del cielo?// Qué haríais vosotros, decid, sin ese cuerpo/ del que el vuestro, si frágil y si herido, vive desde “la división”,/ despedido del “espíritu”, él, que sostiene oscuramente sus juegos/ con el pan que él amasa y que debe recibir a veces/ en un insulto de piedra?/ Habéis pensado, mis amigos,/ que es una red de sangre la que os salva del vacío,/ en el tejido de todos los días, bajo los metales del aire,/ de esas manos sin nada al fin como las ramas de Junio,/ a no ser una escritura de vidrio? (Juan L. Ortiz)