28 julio 2012


Sólo cuando los poetas, o mejor el mayor poeta de una generación, haya renunciado a la degradante ambición propia –¡desgraciadamente!− de los temperamentos líricos, y trabaje con la escrupulosa honestidad de los buscadores de la verdad, se verá lo que, no por fuerza de inercia sino por necesidad, debe todavía ser expresado en versos. (Umberto Saba)