Acumulando
sus contornos,/ las cosas nos sorprenden;/ se caen del mundo del hombre,/ un
mundo hecho de palabras.// Las cosas no se mueven, ni están detenidas./ Ese es
nuestro delirio./ Cada cosa es un espacio, más/ allá del cual no puede haber
nada.// Una cosa puede ser golpeada, quemada,/ deshecha y rota./ Descartada. Y
aún así la cosa/ nunca va a gritar “¡Mierda!” (
Iosif Brodsky)