26 enero 2014
Amigo, si nosotros sabemos que ya no/ sabemos más de la Ley que los demás,/ si yo no sé más que tú/ lo que debemos hacer y lo que no,/ salvo lo que todos aceptan/ de buena o de mala gana,/ o sea, que la Ley existe/ y que todos lo saben,/ y si por ello es absurdo/ identificar la Ley con otra palabra,/ a diferencia de tantos hombres/ no puedo repetir que la Ley existe,/ e igual que ellos tampoco debemos reprimir/ el deseo universal de conocerla/ o abandonar nuestra posición/ por la simple despreocupación./ Aunque al menos puedo reducir/ tu vanidad y la mía/ a decir con timidez/ que existe una vaga similitud,/ en todo caso diremos con orgullo:/ se parece al amor.// Al amor que nunca sabemos, dónde ni cómo,/ al amor que no podemos dominar ni liberar,/ al amor que a veces nos hace llorar,/ al amor que casi nunca cumplimos. (W.H. Auden)